Salmos 36
Nueva Biblia Latinoamericana
1Para el director del coro. Salmo de David, siervo del SEÑOR. La transgresión habla al impío dentro de su corazón; No hay temor de Dios delante de sus ojos.

2Porque en sus propios ojos la transgresión le engaña En cuanto a descubrir su iniquidad y aborrecerla.

3Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; Ha dejado de ser sabio y de hacer el bien.

4Planea la iniquidad en su cama; Se obstina en un camino que no es bueno; No aborrece el mal.

5Tu misericordia, oh SEÑOR, se extiende hasta los cielos, Tu fidelidad, hasta el firmamento.

6Tu justicia es como los montes de Dios; Tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh SEÑOR, al hombre y al animal.

7¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas.

8Se sacian de la abundancia de Tu casa, Y les das a beber del río de Tus delicias.

9Porque en Ti está la fuente de la vida; En Tu luz vemos la luz.

10Continúa Tu misericordia para con los que Te conocen, Y Tu justicia para con los rectos de corazón.

11Que no me alcance el pie del orgullo, Ni me mueva la mano de los impíos.

12Allí han caído los que obran iniquidad; Han sido derribados y no se pueden levantar.

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia Latinoamericana © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso.

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